Pues sí.... Estuve haciéndome la remolona, pero al final, no tuve más remedio que cumplir con el ritual habitual en estas fechas de ir retirando todos los detalles navideños que había por la casa. Lo que más me costó fue quitar el árbol. Encuentro tan especial el momento de ponerlo que según voy quitando los adornos me viene la melancolía y recuerdo la cara de ilusión de mi peque, disfrutando como niño que es, mientras me ayuda con la mejor de las voluntades, y ya pienso en el próximo año....
Os enseño la corona que hice el año pasado. Estaba adornando la puerta de entrada a mi casa. Ayer le he dicho adiós, bueno, mejor hasta luego. Su sutituta es ahora una casita, un salón de té, en el que poder pasar tardes entrañables compartiendo confidencias y risas entre amigas, mientras se saborea un calentito y delicioso té.
BSS
2 comentarios:
¡Y dices que yo soy una artista....! ¡Tú, si que haces cositas divinas! Me encanta lo que haces.
Un besito Irma.
Que corona tan bonita y no solo de navidad vale para cualquier estación de año.
Un beso ^^
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