
Este viernes un compi del trabajo nos trajo unos brownies que había hecho para que los probásemos. No sé cómo decíroslo, uhm, sencillamente eran espectaculares. Parece que aún los estuviese saboreando, qué delicia por el amor de Dios. Sé que irían todos a parar a ya todas conocemos qué partes del cuerpo, pero qué queréis que os diga, merecían la pena, de verdad. Tal fue el éxito que nos va a pasar la receta a unas cuantas, así que espero tenerla pronto para ir haciéndome con los ingredientes y prepararlos esta Nochevieja, porque viene mi querido hermanito con su pequeña tropa y es que sé que le encantan, y a pesar de que en estas fechas lo que sobran son dulces típicos, no está de más salirse un poco de la tradición de vez en cuando y darse un capricho más. Y ya que menciono a mi hermano os voy a enseñar la bolsita que le hice de recuerdo las pasadas Navidades, completamente dedicada a él:

Ahora os voy a mostrar otro ejemplo más de aquello a lo que me refiero con la personalización de mis cositas. Me han encargado esta semana una bolsita de guardería para dos gemelitas, y lo original fue que querían una única bolsita pero pintada por las dos caras. El motivo que querían era la princesa, así que además del nombre de cada niña en cada uno de los lados, combiné colores diferentes en el vestido y castillo para que, siendo iguales, fueran un poquito diferentes. La foto no es muy buena pero creo que podéis llegar a ver el resultado.

Así que aquí tenéis los cereales que os dije, y la parte de atrás de la caja, que cómo no, tiene juegos y demás como cualquier otra caja de cereales de Krispis o lo que sea.
Os deseo un buen comienzo de semana.
Besitos.
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