Hoy hace uno de esos días en los que lo único que apetece es quedarse en casa, tiraditos en el sofá con una manta y una buena taza de chocolate calentito. Llueve sin parar y aunque no hace mucho frío, la humedad del ambiente te hace estremecer. Fui a recoger al peque a la salida del cole, nos vinimos a casa para merendar, y como no estaba para pasear propuse que colocásemos (¡todavía no lo había hecho!) las fotos de las vacaciones de verano en un álbum. Era un poco extraño ver las playas sobre el papel y las gotas de lluvia azotando las ventanas mientras tanto. En fin, nos conformamos con recordar los buenos momentos que pasamos y con soñar en volver a repetirlo el año que viene.
Y ya que estaba rodeada de tanto mar y fotos de mi hombrecito intentando pescar con una red de esas de palo largo, me dije: aprovecharé para mostrar a unos simpáticos cangrejitos recién salidos de las rocas que me provocan mucha nostalgia. Hay quien pide bolsitas con ellos cuando llega el verano, pero hay otros que, aunque estemos en pleno invierno, los eligen para decorar las bolsitas de sus hijos. Los muestro en dos de los posibles acabados; ya os iré mostrando el resto.
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