
"Una tostada. Probablemente la receta más sencilla del mundo, pero cuando la estás intentando hacer, sabes que no te va a salir bien. De muy poco hecha o demasiado blanda, pasa de repente a estar completamente quemada. Carbonizada en cuestión de segundos. Y ¿qué haces en ese momento?. ¿Raspas lo negro?. ¿La cubres de mermelada para ocultar el sabor?. ¿La tiras?. ¿O simplemente te la comes?. Si te encoges de hombros y te la comes ¿es porque estarías dispuesta incluso a aceptar algo peor?. Quizás no quieres ser derrochadora, pero si sigues adelante y te comes ese cuadrado negro de pan, entonces lo que estás queriendo decir realmente (a tí misma y al mundo), es que ese trozo de pan vale más que tu propia satisfacción"......
Éste es un breve extracto del comienzo del libro cuyo título comparte esta entrada. Lo leí hace unos cuatro años pero hoy estuve hablando de él y me acordé de los sabios y a la vez, elementales consejos que metafóricamente nos intenta transmitir la autora, y que tantas veces pasamos por alto en nuestras vidas. Es una lectura amena, que te hace pensar en experiencias personales. Desde luego, si alguna necesita un pequeño empujón para dar un giro a su vida o simplemente, animarse a hacer algo que cree importante, debería leerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario