EL GATO Y EL RATON
Poema para niños
Que tendrá el señor ratón
Se ve triste y desolado
No sale del aquél rincón
Solo mira al otro lado
Por la ventana se ve
Que el gato está agazapado
Los dos mirando aquel queso
Ponen cara de enojados
Caminan los dos despacio
Hacia la mesa encantados
Sin darse cuenta seguro
Que el quesito está tapado
Quien de los dos abrirá
La quesera en la mesada
Se armará la gran pelea
Los dos quedarán sin nada
Luego pensaron un poco
Dijeron valdrá la pena
Por un pedazo de queso
Mejor me voy para afuera
Por no perder la costumbre
En el jardín se escondió
El ratón atrás de una planta
Y el gato lo descubrió
Allí empezó la carrera
Y el ratón burla le hacia
Rompieron plantas y flores
Que la abuelita tenía
Los dos son inseparables
Siempre juntos se les ve
Un día no muy lejano
Se aprenderán a querer
*-*-*-*-*-*-*-*
Pues sí, como jugando al ratón y al gato he estado todo este tiempo. El ordenador me perseguía; yo me escapaba, me escondía, no por gusto o por vagancia; más bien porque el tiempo no me daba para todo lo que tenía y quería hacer.
Al final, el "olor del queso" ha vencido y yo no tuve más remedio que salir a por él, me he dejado cazar por el gato y aquí estoy de vuelta, haciéndome a mí misma la promesa de que tengo que organizarme mejor, no agobiarme, y así poder, o al menos intentar, abarcar todo aquello que me propongo.
Y ya que estos dos animalillos me acompañan en esta entrada de mi regreso, quería enseñaros dos bichitos de su especie que desde hace unos meses habitan en mi casa.
El minino:
No le he puesto nombre, pero es muy mimoso, siempre colgado del sofá, haciéndonos compañía..... ¿Y qué secretos guardará?. Pues algo tan "vital" en nuestras vidas como los mandos a distancia, jaja. Sí, en realidad el gato se cuelga del brazo del sofá y hace como un bolsillo. Se acabó eso de desesperarse quitando cojines, mantas y apartando cualquier otra cosa en busca de esos objetos tan preciados!!. Ahora todo el mundo sabe dónde ir a buscarlos y dónde dejarlos después...
Y ahora el piquiñín de la casa, un alfiletero muy cómodo y simpático, hecho con una de mis telas favoritas. Se acabó eso de clavar las alfileres y agujas en los brazos de la butaca cuando me pongo con el patchwork! (aunque os confieso que me siento un poco maltratadora cuando se las clavo a este pobrecillo...):
Como decía la poesía, felino y roedor están obligados a quererse, aunque yo sé que lo conseguirán puesto que fueron creados con el mismo cariño e ilusión.
(Os prometo que no tendréis que esperar tanto para la siguiente entrada.
Gracias por estar ahí).
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