Los últimos días de junio fueron un poco caóticos. A las tareas típicas de final de curso se unieron los pedidos de esas fechas y los preparativos para las vacaciones, y es que este año me apetecía irme al día siguiente mismo de terminar en el trabajo. Llené las maletas de ilusiones, ganas de descansar, de desconectar, de pasarlo muy bien con mi peque y por supuesto, de todo lo necesario para pasar, por segundo año consecutivo, unos días extraordinarios en Menorca. Pues tanto preparar para que las maletas no hayan querido viajar. Lo que os digo, estuvimos dos días sin ellas, por lo que no tuvimos más remedio que irnos a Ciudadela a la mañana siguiente a comprarnos lo necesario, porque ya me diréis qué hacer en un lugar así sin bikinis, bañadores... En fin, pero como siempre digo, hay que encontrar algo positivo en todas las cosas, por malas que puedan parecer. Una de las cosas buenas que nos pasó es conocer a un matrimonio de mi tierra encantador, como su preciosa hija, que terminó siendo muy amiguita de mi peque. Otra cosa positiva fue que como tenía que comprarme algo de calzado "plano", (porque llevaba unas cuñas altísimas y no era plan andar por ahí así todo el tiempo), pues me compré, como hago siempre que voy a esa maravillosa isla, unas abarcas, pero es que este año encontré una tienda de diseño y no pude resistirme a quedarme con las que os muestro (esos son mis pies, jaja). Estoy enamorada de ellas:
Y por supuesto, después de los días tan maravillosos que pasamos, de lo que menos te acuerdas es de los posibles percances que hayan podido suceder.
Feliz verano!!
jueves, 14 de julio de 2011
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1 comentario:
Ya es casualidad, nosotros por segundo año consecutivo nos hemos ido a Menorca, y por segundo año consecutivo.... me he traído mis abarcas, las mías con unas bicicletas.. Clara
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